viernes, 2 de mayo de 2008

La relaciòn entre la pirosis y el reflujo gastroesofàgico


La pirosis se produce como consecuencia del contacto del ácido, procedente del estómago, con la pared del esófago. La pared del esófago no está protegida como la del estómago para resistir la acción del ácido. Cuando el ácido del estómago se desplaza hacia arriba, llega al esófago donde puede irritar la pared y provocar la estimulación de las terminaciones nerviosas que transmiten la sensibilidad dolorosa en forma de ardor o quemazón.

El esófago es un tubo muscular de unos 25 cm de largo que se extiende desde la faringe al estómago. En su recorrido, sigue la curvatura de la columna vertebral y desciende por el cuello y el tórax para llegar al abdomen. El paso del contenido del estómago hacia arriba, penetrando en el esófago se llama reflujo gastroesofágico.

La pirosis es el síntoma que con más frecuencia se asocia al reflujo gastroesofágico. Además del ácido, existen otras sustancias procedentes del estómago como la pepsina y de tramos digestivos más inferiores como la bilis, que también son irritantes para el esófago. Estas sustancias pueden alcanzar el esófago mediante el reflujo y producir igualmente una sensación de ardor o pirosis.

Existe un reflujo normal o fisiológico, que puede ocurrir con cierta frecuencia durante y después de la ingesta. Este tipo de reflujo rara vez tiene lugar durante la noche y su duración es inferior a los 5 minutos. Puede asociarse o no con síntomas como la pirosis y no es patológico. Por el contrario, el reflujo esofágico patológico se presenta en determinadas personas y se caracteriza por ser frecuente, repetido y prolongado.

Además, durante los episodios de este reflujo patológico el pH esofágico desciende de forma significativa lo que indica la existencia de acidez elevada en el esófago.El reflujo gastroesofágico patológico se presenta en la enfermedad por reflujo gastroesofágico.

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